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Te he hablado de la ruptura de la imagen de sí, el alcanzar el sitio donde no hay

compasión, y el llegar al conocimiento silencioso; y de los estados de ánimo que les dan seriedad. El manejo del intento es algo más velado, es el arte del acecho en sí, es la impecabilidad...

—Claro que tenemos un lado oscuro —dijo—. Matamos por capricho, ¿no es cierto? Quemamos gente en el nombre de Dios. Nos destruimos a nosotros mismos; aniquilamos la vida en este planeta; destruimos la tierra. Y luego nos ponemos un hábito y el Señor nos habla directamente. ¿Y qué nos dice el Señor? Nos dice que si no nos portamos bien nos va a castigar. El Señor lleva siglos amenazándonos sin que las cosas cambien. Y no porque exista el mal, sino porque somos estúpidos. El hombre sí que tiene un lado oscuro, que se llama estupidez...

Tras un momento de pausa, don Juan explicó que en la misma medida en que el rito obliga al hombre común y corriente a construir enormes iglesias que son monumentos a la importancia personal, también obliga a los brujos a construir edificios de morbidez y obsesión. La tarea de todo nagual es, por lo tanto, guiar a la conciencia para que vuele hacia lo abstracto, libre de cargas e hipotecas.

—El ritual puede atrapar nuestra atención mejor que ninguna otra cosa —dijo—, pero

también exige un precio muy alto. Ese precio es la morbidez; y la morbidez podría cobrar altísimas cargas e hipotecas a nuestra conciencia de ser..." C.C.

EL BOLETO PARA IR A LA IMPECABILIDAD

Don Juan le cuenta a Castaneda una de las historias de los centros abstractos de poder más conmovedoras. Don Juan le relata como dejó a su nagual y huyó en busca de una libertad mal entendida.

En este viaje hacia el Norte, Don Juan cuenta como se enamoró de una mujer y sus hijos perdiendo en menos de un año todo lo aprendido en casa de su nagual. Tuvo que aprender que un brujo no se puede ligar a las personas comunes y corrientes, porque el precio es muy alto. Don Juan tuvo que pagar con su vida el haber perdido la oportunidad de ir a lo inconmensurable. Tuvo que morir para que el espíritu le diera "un nuevo boleto", otra oportunidad. El boleto para ir a la impecabilidad.

Al final, Don Juan insiste en que todo se basa en el movimiento del punto de encaje y que para ello es necesaria la energía que se ahorra y después se recanaliza a través de la impecabilidad. Eso es todo, parece muy simple y sin embargo, es muy difícil lograrlo.

El problema del ser humano común y del guerrero es él mismo; el problema se reduce al uso y ahorro de la energía. Don Juan dice que el hombre moderno intuye sus recursos internos, pero no se atreve a usarlos; su mal viene del contrapunto entre su estupidez y su ignorancia.

Don Juan dice que ahora, más que nunca, el hombre necesita aprender nuevas ideas que tengan que ver con su mundo interior, ideas relativas al ser humano frente a lo desconocido, frente a su muerte personal. Don Juan dice que, como nunca, el ser humano ahora necesita conocer lo que es la impecabilidad y los secretos del punto de encaje.

"—La impecabilidad, como tantas veces te lo he dicho, no es moralidad —me dijo—. Sólo

parece ser moralidad. La impecabilidad es, simplemente, el mejor uso de nuestro nivel de energía. Naturalmente, requiere frugalidad, previsión, simplicidad, inocencia y, por sobre todas las cosas, requiere la ausencia de la imagen de sí. Todo esto se parece al manual de vida monástica, pero no es vida monástica.

"Los brujos dicen que, a fin de tener dominio sobre el movimiento del punto de encaje, se necesita energía. Y lo único que acumula energía es nuestra impecabilidad...
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