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encaje. El ser humano racional experimenta a través de sus ideas, y el guerrero a través del punto de encaje y sus diferentes posiciones. Para un guerrero la información se almacena en la propia experiencia, o sea, en el lugar que estaba el punto de encaje cuando vivió el evento; por eso, cuando mueve su punto de encaje al lugar donde estaba cuando sucedió el evento, el guerrero vuelve a revivir la experiencia, y a eso le llama "acordarse".

Los guerreros toltecas almacenan información a través de la intensidad del movimiento del punto de encaje; creemos que de esta manera Castaneda escribe su obra, como dijimos anteriormente, como un acto de brujería.

Con el fin de protegerse del desbordante efecto de la percepción, los guerreros usan el acecho, ya que éste mueve el punto de encaje en forma leve, pero constante, y esto le permite al guerrero reforzarse. El "desatino controlado", producto del acecho, es el medio por el cual el guerrero puede tratar con el conocimiento silencioso y con el mundo cotidiano sin el temor de embarrarse y sucumbir. Don Juan dice que el hombre tiene un poderoso "lado oscuro y siniestro", pero que no es otra cosa que nuestra "estupidez".

La Toltequidad o Toltecáyotl ha tenido muchas etapas, grandes descubrimientos, pero también grandes fracasos y muchos linajes diferentes. Ahora el conocimiento se mantiene en niveles de impecabilidad. Personalmente no sabemos por qué se abre en estos momentos al mundo cotidiano, pero estamos seguros que debe ser por una poderosa razón que Castaneda no ha explicado en sus libros o probablemente tampoco lo sepa y sólo cumpla con los "designios del poder".

Lo cierto es que la Toltequidad ahora no cuenta con ritos, religiones o edificios construidos a la morbidez y a la obsesión, ni cuenta con maestros para desarrollar el culto a la importancia personal. Don Juan dice que él no es maestro de nadie y que nada se puede enseñar de la brujería y que nadie necesita de maestros, gurús o guías; que el conocimiento está ahí, para el que tenga suficiente energía o sepa cómo ahorrarla. En todo caso la labor de un nagual es dirigir y desarrollar a la conciencia para que penetre en lo abstracto, libre de cargas e hipotecas.

Don Juan da un ejemplo muy claro y sencillo de lo que es la Toltequidad cuando dice que la conciencia de ser podría ser una inmensa casa y que la conciencia de la vida cotidiana del hombre común es como estar herméticamente encerrado en un solo cuarto de esa gran casa durante toda la vida. Don Juan dice que los seres humanos entran y salen de ese cuarto por dos aberturas mágicas que son: el nacimiento y la muerte.

Los antiguos videntes toltecas descubrieron la manera de salir de ese cuarto sin tener que morir, pero tan sólo para pasar a otra habitación de la gran casa. Los nuevos videntes toltecas obtuvieron un logro todavía más importante: lograron conocer el secreto de cómo salir no sólo de la habitación y perderse en la inmensidad de la casa, como les pasó a los antiguos videntes, sino llegar a la conciencia total, a la libertad total; es decir: ¡salir de la misma casa! Y entrar a lo inconmensurable.

"—La experiencia de los brujos es tan descabellada —dijo don Juan— que ellos

acostumbran a acecharse a sí mismos con ella, haciendo hincapié en el hecho de que somos perceptores y de que la percepción tiene muchas más posibilidades de las que puede concebir la mente.

"A fin de protegerse de esa inmensidad de la percepción —continuó—, los brujos aprenden a mantener una mezcla perfecta de no tener compasión, de tener astucia, de tener paciencia y de ser simpáticos. Estas cuatro bases están entrelazadas de modo inextricable. Los brujos las cultivan intentándolas. Estas bases son, naturalmente, posiciones del punto de encaje...
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