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NOTAS DEL TRADUCTOR.


LIBRO PRIMERO.

(1) Pag. 8, v. 18.—Esta blasfemia, como todas las demás de la misma especie que se encontrarán en los discursos de Satanás y los de sus secuaces en la extensión del poema, no son más que un efecto de su desesperación; pues como se verá por otras expresiones, puestas igualmente en su boca, todos ellos estaban bien ciertos de su debilidad y de su absoluta dependencia de Dios; y así todas las injurias y horrores que vomitan contra él, no son más que falsedades reconocidas por los mismos que las profieren, y nacidas de su soberbia obstinada y de su odio injusto. Téngase esto presente en cuantos pasajes ocurran de esta clase, pues nadie mejor que los angeles réprobos conoce práctica y especulativamente que Dios lo puede todo, y nada sin él todas las criaturas juntas.

Lo mismo digo de las expresiones que Milton les atribuye, en que suponen, como en los versos que se siguen poco después, la existencia del Hado, y le dan por autor de su sér, de su inmortalidad o de otros cualesquiera sucesos, pues no podían ignorar que no hay más Hado que la voluntad de Dios, ni otro autor de cuanto existe que el mismo. Así Milton les hace prorrumpir en dichas expresiones como en unas fic-