Página:Our Sister Republic - Mexico.djvu/80

Esta página ha sido corregida
74
EL PALANQUÍN

las Barrancas mas pequeñas un puente de piedra sólido con un único arco, evidentemente de gran edad, cruza el arroyo.

El Señor Huarte proporcionó un palanquín grande para llevar al Sr. Seward a través las Barrancas, ya que por las heridas, recibidas hace unos años, hacía imposible que pudiera guiar un caballo, o aferrarse a una silla durante mucho tiempo. El palanquín, o litera, consistió en dos postes robustos, separados tres pies, atornillados con crucetas, soportando en el centro una plataforma en la que se sujetaba una silla grande, acolchonada, sobre la cual había un toldo verde brillante con cortinas del mismo material. Al subir y bajar las Barrancas, y en lugares especialmente peligrosos, el palanquín era cargado en los hombros de cuatro hombres inquebrantables en pantalones de algodón blanco, y sombreros de hoja ancha de palma, con sandalias burdas en sus pies. Cuando la procesión llegaba a un buen lugar en la carretera, el palanquín era transferido a las espaldas de dos mulas, que lo llevaban al trote balanceándolo. Los hombres eran aliviados en intervalos de unos minutos, y a pesar del calor y los malos caminos y, caminaban casi tan rápido como un hombre a caballo, cabalgando a paso normal.

En la primera Barranca dejamos los excelentes carro del Señor Huarte, y seguimos en mula y a Caballo. Descendiendo de la primera y Barranca subiendo nuevamente sus inclinados lados, cruzamos una pequeña meseta, y llegamos al primer de brazo la gran Barranca de Beltrán, probablemente ochocientos pies de profundidad. Viendo a esta Barranca vimos, en el lado opuesto, el antiguo de techo de teja roja de Tornila, rodeado de flores y follaje tropical, campos de platanares y árboles, cada uno teniendo una profusión de flores brillantes, a cada lado, y el gran volcán de Colima dominando los cielos en terrible Majestad, su