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UNQUE todavía debíamos tocar un puerto mexicano distante—el de Sisal en Yucatán,—en Veracruz, nuestro largo viaje transcontinental a través de México tropical, prácticamente había terminado. La historia de ese viaje es relatada, pero sus consecuencias y resultados—serios o de otro tipo para la República de México y la administración de Juárez—deben ser desarrollados en el futuro. Tanta ociosa especulación sobre el objeto y propósito de esta visita del Sr. Seward a la República de México, se ha hecho por el pueblo y prensa de ambas naciones, y tantos esfuerzos para darle una falsa importancia y significado político, que he creído es mejor dejar constancia de todos los discursos y cartas hechas y escrita por el Sr. Seward en México, para que el mundo pueda ver por sí mismos, exactamente lo que realmente pasó entre él y los ciudadanos y funcionarios de México.
Para completar el trabajo, pedí permiso para copiar, textualmente, las cartas de despedida escritas por el Sr. Seward mientras nos preparábamos para abordar el vapor en Veracruz, al Presidente y miembros líder de su gabinete, la Sra. Juárez, y el Comisario, Señor Bossero, quien fue enviado a Guadalajara por el gobierno mexicano, para encontrar el grupo, y ver nuestro confort y disfrutar nuestro viaje a través de la República.
