Vapor estadounidense Cleopatra, siendo comparativamente ligero, y no grande y difícil de manejar, llega entre el Castillo y el muelle, y estaba anclado allí.
Un inmenso arrecife de coral sobresale al noroeste del Castillo por varias millas, y de ahí salió la mayoría del material para la construcción de la fortaleza. El tamaño de esta formación coralina es asombroso. Muchos de los especímenes son de tres pies de espesor—como del tamaño de troncos de grandes árboles, de hecho. Al acercarnos al Castillo pudimos ver una sección de muro de unos treinta pies de largo, y la misma altura, y doce o quince pies de espesor, siendo socavada, se había roto, y ahora esta inclinada hacia la ciudad, dejando un gran boquete, al que no se ha hecho ningún intento para llenar. La llegada de lanchas está en el interior del Castillo, un pasaje torcido, evidentemente excavado en el coral para ese propósito, lleva a ese lugar. Este pasaje fue antiguamente flanqueado por paredes sustanciales, que están ahora en ruinas
Ninguna descripción del Castillo daría alguna idea clara de su carácter, sin un plano en planta o un diagrama para ilustrarlo. Las inmensas paredes gruesas, todo el alrededor, están respaldados por una serie de barracas, mazmorras, y oficinas, cuyos solidos techos de piedra, planos, gruesos, y pavimentado con cemento arriba, soportarían baterías de casi cualquier peso. Todos los cañones de la fortaleza fueron originalmente montados en un soporte elevado[1], sobre este techo. No hay nada como protección para los artilleros sobre el castillo. Los cañones—principalmente de hierro, y que van desde treinta y dos a sesenta y cuatro libras, hechos en 1844-5—están todos en mal estado, las correderas casi sin valor por deterioro, y muchos desmontados y
- ↑ N del T.—Barbette, un montículo de tierra o una plataforma en una fortificación, donde se montan cañones para disparar sobre el parapeto
