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CADENA DE PRESOS.

siete centavos y medio cada uno, y los premios van de cinco a quinientos dólares. Nunca escuché a ningún hombre decir que había ganado un premio y no recibió su dinero; creo que se correría el riesgo de obtenerlo inmediatamente si alguna vez ganó uno. Yo patrociné "a favor del Telégrafo de Jalacingo a Tampico," hasta el costo de un cuarto de milla de la línea, más o menos, y estoy convencido que en realidad es "en favor" de la empresa; nunca salió a mi favor en una sola ocasión. Hacen sorteos cada y semana parece que pagan—a la empresa.

Todo el transporte que se realiza en la Ciudad se efectúa por mulas. Una pequeña mula que espalda adolorida se engancha a una desvencijada carreta con altas ruedas de madera, y el conductor se monta en otra, que cuelga al lado fuera de los ejes, y pretende ayudar a mover la carga, como sin duda lo hace cuando esta en un lugar apretado y no puede evitarlo. La disposición es excelente cuando se trata de doblar alrededor de una esquina, pero en tiro recto podría mejorarse. Llevan todo el equipaje desde el muelle o depósito a los hoteles, y viceversa, en las espaldas o cabezas de hombres.

Los presos en cadena, no es sólo el nombre, pero en el buen viejo estilo, del sur de Europa—es una de la instituciones de Veracruz como en la mayoría de otras Ciudades mexicanas, y es bastante útil, si no muy decorativo. Los señores conectados con esta rama de servicio público usa un cinturón de cuero alrededor de la cintura, y una banda más ancha de cuero grueso alrededor del tobillo izquierdo. Entre estos puntos hay una pesada cadena, con eslabones de seis pulgadas de largo. En caso de que uno de ellos sea atropellado por el tren, o cortado por la caída de un árbol, esta disposición impide que las