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LAS CUMBRES—HERMOSO ESCENARIO.

los animales cansados agotando cada nervio para tirar la pesada carga por el sinuoso camino que se enrolla como una serpiente subiendo la cara casi perpendicular de la montaña.

Nos paramos por último, en la línea divisoria entre la gran meseta central o plataforma elevada de México, y la Tierra Caliente de la costa del Golfo. La alegre cabalgata de jinetes que formaban nuestra escolta, corrieron abajo por el empinado declive a galope, y el carro, con los frenos duramente puestos, bajó con una velocidad igual a la de un tren de ferrocarril, doblando las aguda curvas de la carretera sin un instante para aflojar, y oscilando y sacudiéndose como un barco en una tormenta, hasta que estuvimos abajo. Nos felicitamos por la experiencia, y todos estuvimos de acuerdo que nunca habíamos visto nada más fino, o disfrutado un paseo más exhilarante en nuestras vidas.

Pausamos unos minutos para descansar a nuestros jadeantes animales, y luego subimos una pequeña colina, y en lugar de encontrarnos en una llanura abierta como habíamos previsto, vimos otro cañón y mayor, que por su tamaño hacia al primero parecer una mera bagatela, empequeñecido por comparación la gran Barranca de Beltrán, e incluso desafiaría y ganaría admiración, lado a lado con el gran Yosemite, la maravilla del mundo en nuestro día y generación.

Inclina menos las paredes de roca que forman los lados; del Yosemite, para hacerlos un poco menos perpendicular, vístelos con vegetación baja, verde para ocultar la piedra de color gris azulado, pon un pueblo pequeño con una vieja Iglesia blanca como en el "corazón de los Andes," en el centro el valle estrecho, donde se encuentra la Casa de Hutchings, y mira la fotografía desde el punto de inspiración, y tienes la mayor