elemento de trabajo del país. Sus remos todos golpeaban el agua a la vez, y enviaron los barcos a través del agua a alta velocidad. De haber sido seleccionados en cambio como la tripulación de Harvard, la carrera contra los Oxfords, habría apostado mi dinero en el lado estadounidense, si decidiera tomar cualquier riesgo.
A nuestra llegada a Manzanillo del vapor, en la Casa de Sr. Bartling, que acogió muy hospitalariamente a nuestro grupo durante nuestra estancia, fuimos provistos con seis excelentes marcos de cama de campo, con hermosas marquesinas de marcos dorados, barras de mosquito de encaje, y almohadas cubiertas de encaje, ricos cubrecamas carmesí, suaves y finos colchones, completos en cada detalle. Mientras navegábamos notamos, entre el equipaje, seis paquetes envueltos cuidadosamente cubiertos con esteras y firmemente amarrados, y supimos con sorpresa que cada uno contenía una de estas camas embaladas para transporte, y que habían comprados expresamente para nosotros en Colima, y debían transportarse para nuestro uso especial de un lado de México a otro.
En algún punto bajamos en la costa rocosa de la Laguna, y juntamos hermosas flores silvestres, pero el chaparral estaba tan con vides y enredaderas tan enmarañado, que no podíamos caminar diez varas en cualquier dirección, y después en vano tratando de conseguir una oportunidad las parvadas de llamativos loros que llenaban los árboles más grandes, volvimos a la Laguna y nos llevaron cargados, para los barcos nuevamente. Los caimanes, que llenan la Laguna, son muy cautelosos y tímidos, y de ves en cuando enseñan la punta de su hocico oscuro encima de la superficie. Un disparo mal dirigida de pistola bolas le enviaría hacia abajo en un instante cada vez. En general no creo que la
