las paredes en estado de embriaguez estúpida, con una expresión de vacuidad absoluta o idiotez en sus rostros.
El licor se expone al sol en pieles de cerdos, ovejas y cabras, desprovistas de pelo y cerdas, que parece que se han quitado totalmente. Después de mucha diligente investigación, el Sr. Fitch suscitó la declaración, que las
pieles se retiran, dejando a los cerdos en ayunas por veinticuatro horas, luego les amarran por la cola a un poste y les atraen fuera de sus cubiertas poniéndoles mazorcas de maíz justo delante de sus narices.
La declaración se registró en su libro, a la vez y añadió, sin titubeos, al ya gran inventario de inútil conocimiento que había acumulado en el viaje. El hecho es que el animal es golpeado con un palo hasta que se rompen todos los huesos y la carne se reduce a una