fijos por muchos siglos, no podrian variar de nuevo con condiciones nuevas de vida. No cabe duda, como Mr. Wallace ha observado con razon de sobra, que habrá que llegar á un límite final. Por ejemplo, la viveza de cualquier animal terrestre ha de llegar á un límite que estará determinado por los rozamientos que tiene que vencer, por el peso del cuerpo que tiene que llevar y por el poder de contraccion en las fibras musculares. Pero lo que más nos importa es que las variedades domésticas de la misma especie se diferencien unas de otras en casi todos los rasgos á que el hombre ha atendido con la seleccion, más que lo que se diferencian las distintas especies del mismo género. Isidoro Geoffroy Saint-Hilaire ha demostrado esto en lo tocante á tamaño, y lo mismo sucede probablemente con respecto al color y á la longitud del pelo. Con respecto á viveza, que depende de muchos caracteres del cuerpo, Eclipse era mucho más rápido, y un caballo de tiro es incomparablemente más fuerte, que dos especies naturales cualesquiera pertenecientes al mismo género equino. Lo mismo sucede con las plantas; las semillas de las diferentes variedades del maíz ó de la haba se diferencian probablemente más en tamaño que las semillas de las distintas especies en cualquier otro género de las mismas dos familias. La misma observacion es aplicable al fruto de las diversas variedades de ciruelas y todavía lo es más al melon y á muchos más casos análogos.
Resumiendo sobre el orígen de nuestras razas domésticas de animales y plantas; los cambios en las condiciones de vida son de la mayor importancia en causar variabilidad, ya por la accion directa en la organizacion, ya porque indirectamente afectan al sistema reproductivo. No es probable que sea la variabilidad el efecto inherente y necesario en todas circunstancias. La mayor o menor fuerza de herencia y la propension á retroceder, determinará si las variaciones han de mantenerse. La variabilidad está regida por muchas leyes desconocidas, entre las cuales el crecimiento correlativo es probablemente la más importante. Algo, aunque no sepamos cuánto, hay que atribuir á la accion definida de las condiciones de la vida. Algun efecto, quizás grande, puede atribuirse al uso ó falta de uso en las partes. El resultado final, es, pues, infinitamente complejo. En algunos casos, parece que ha tenido una parte importante en el orígen de nuestras castas el intercruzamiento de distintas especies pri-