CLASIFICACION 179 neros; y los géneros en subfamilias, familias, órdenes, y todo ésto en una gran clase. Así se explica, á mi juicio, ese gran hecho de la subordinacion natural de los séres orgánicos en grupos sometidos á otros grupos; hecho que, porque lo vemos todos los dias, no nos llama tanto la atencion como merece. Sin duda los séres orgánicos, como todos los demas objetos, pueden ser clasificados de muchas maneras, ya artificialmente por ca- racteres simples, ya más naturalmente por un número de c:1- racteres. Sabemos, por ejemplo, que los minerales y las sus- tancias elementales, pueden ser arreglados de este modo. En este caso, no hay naturalmente relacion con la sucesion genea- lógica, y no puede señalarse causa alguna ahora para que se dividan en grupos. Pero en los séres orgánicos, el caso es diferente, y la opinion que hemos dado está de acuerdo con su arreglo natural en grupos subordinados; y nunca se ha inten- tado dar otra explicacion. Los naturalistas, como ya hemos visto, quieren arreglar las especies, géneros y familias de cada clase, segun lo que se llama cl sistema natural. ¿Pero qué se entiendo por sistema natural? Algunos autores lo consideran como un moro plan para reunir los objetos vivos quo más so parecen, y para separar los que más se diferencian; ó como un método artificial de enunciar lo máis brevemente posiblo proposiciones generales; esto es, do presentar en una frase los caracteres comunes, por ejemplo, todos los mamíferos; por otra, los comunes a todos los carnívo- ros; por otra, los comunes al género perro, y con la adicion de otra llegar a la plena descripcion de cada clase de perros. In- disputables son la ingeniosidad y utilidad de esto sistema. Pero muchos naturalistas piensan que algo más significa el sistema natural; creen que revela el plan del Creador; pero á menos que se especifique si es el orden en el tiempo ó en el espacio, ó en ambos, ú otra cosa cualquiera lo que se quiere significar por el plan del Creador, me parece que nada se añado de este modo á nuestro conocimiento. Expresiones tales como acquella fa- mosa de Linneo, que con frecuencia encontramos en forma más ó ménos tácila; á sabor: que los caractéros no hacen el género, sino que el género hace los caracteres, parecen implicar que va incluido en nuestras clasificaciones algun lazo más profundo que el mero parecido. Yo creo que así sucede, y que la comu- nidad de descendencia, única causa conocida de la semejanza
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