Página:Origen de las especies por medio de la selección natural.djvu/408

Esta página no ha sido corregida

392 ORIGEN DE LAS ESPECIES parientes, ya por ser idóneas para alguna línea de vida pecu- liar, ya por habitar alguna region distante y aislada, donde es- capen de una competencia vigorosa. Por ejemplo, algunas es- pecies de trigonia, género grande de molusco en las forma- ciones secundarias, sobreviven en los mares de la Australia; y unos pocos miembros del gran grupo casi extinguido de los peces ganoides habitan todavía nuestras aguas dulces. Por todo lo dicho la completa extincion de un grupo es general- mente, como ya lo hemos visto, un procedimiento más lento que el de la produccion del mismo. Con respecto al exterminio repentino al parecer de familias ú órdenes enteros como el de los trilobitas al terminar el pe- ríodo paleozoico, y el de los ammonitas al terminar el secun- dario, tenemos que recordar lo que ya se ha dicho sobre los probables y grandes intervalos de tiempo entre nuestras for- maciones consecutivas y que en los dichos intervalos puede ha- ber habido mucho exterminio lento. Todavía más, cuando bien por súbita emigracion ó por desarrollo inusitadamente rápido muchas especies de un nuevo grupo hayan tomado posesion de un área, muchas de las más antiguas habrán sido extermi- nadas de una manera rápida correspondiente; y las formas que cedan de este modo sus lugares, comunmente serán aná- logas, pues participarán en comun de la misma inferioridad. Paréceme, pues, que está de acuerdo con la teoría de la se- leccion natural la manera de extinguirse las especies y los gru- pos de éstas. No debemos maravillarnos de la extincion; si te- nemos que maravillarnos, sea sólo de nuestra presuncion y amor propio al imaginarnos por un momento que comprende- mos las muchas circunstancias complejas de que depende la existencia de cada especie. Si olvidamos por un instante que cada especie tiende a presentarse desordenadamente y que siem- pre está en accion algun obstáculo, aunque rara vez nosotros lo percibamos, la cconomía entera de la naturaleza quedará completamente oscurecida. Siempre y cuando podamos decir precisamente por qué esta especie es más abundante en indi- víduos que aquella, por qué puede naturalizarse en un pris dado esta especie y no aquella otra, entonces, y sólo entonces, podremos sorprendernos con justicia de que no podamos ex- plicarnos la extincion de una especie particular cualquiera ó de tal ó cual grupo de especies.