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APARICION DE GRUPOS DE ESPECIES 379 que se sucedieron en seguida, y estos hubieron existido siem- pre en un estado parcialmente metamorfoscado. Pero las des- cripciones que poseemos de los depósitos silurios en territo- rios inmensos de Rusia y de la América del Norte, no confir- man la opinion de que cuanto más vieja es una formacion, más invariablemente ha sufrido denudacion y metamorfósis ex- tremas. El caso, por ahora, tiene que quedar sin explicacion, y bien puede ser presentado como argumento válido contra las opi- niones aquí sostenidas. Para demostrar que puede, de aquí en adelanto, recibir alguna explicacion, haró la siguiente hipóte- sis. Por la naturaleza de los séres orgánicos que no parece que hayan habitado grandes profundidades en las diversas forma- ciones de Europa y de los Estados-Unidos, y por la cantidad de sedimento, de espesor de algunas millas, de que están com- puestas las formaciones, podemos inferir que, desclo ol princi- pio hasta el fin, existieron en las cercanías de los continentes que hoy existen, do Europa y de la América del Norte, gran- des islas ó extensiones de tierra de donde procedia el sedi- mento. Esta misma opinion ha sido despues sostenida por Agassiz y otros. Pero no sabemos cuál fué el estado de las cosas en los intervalos entre las diversas formaciones sucesivas: si Europa y los Estados-Unidos existieron durante ellos como tierra firme, ó como una superficie submarina cerca de tierra, en la cual no se depositaba sedimento o como fondo de un mar abierto é insondable. Mirando á los ocoanos existentes, que son tres veces más ex- fonsos que la tierra, los vemos tachonados do muchas islas, pero apenas hay una verdaderamente oceánica (con la excepcion de la Nueva Zelanda, si es que ésta puede llamarse una isla ver- daderamente oceánica), que se sepa quo tonga ni áun un resto de formaciones paleozoicas ó secundarias. De aquí quizás po- damos deducir que durante los períodos palcozóicos y secun- darios no existian continentes ni islas continentales dondo hoy fc cxtienden nuestros océanos, pues que de haber existido, se hubieran acumulado con toda probabilidad formacionos palco- zóicas y secundarias del sodimento obtenido do su mejora- miento, y éstas hubieran sido, al menos en partes, suspen- didas por las oscilaciones de nivel que tienen forzosamente que haber intervenido durante estos períodos, cnormemente