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AUSENCIA DE VARIEDADES INTERMEDIAS 371 clevacion habria mucha variacion; pero el registro geológico scria entonces ménos perfecto. Puede dudarse de si la dura- cion de cualquier gran período de sumersion sobre el todo o parte del Archipiélago, unida al mismo tiempo á una acumu- lacion simultánea de sedimento, excederia a la duracion media de las mismas formas específicas; y estas contingencias son in- dispensables para la conservacion de todas las gradaciones transitorias entre dos ó más especies cualesquiera. Si seme- jantes gradaciones no cran todas plenamente conservadas, las variedades transitorias aparecerian meramente como otras tan- tas especies nuevas, aunque íntimamente próximas. Es tam- bien probable que cada gran período de sumersion seria in- terrumpido por oscilaciones de nivel y que ligeros cambios climatológicos intervendrian durante tan prolongados perío- dos; en estos casos, los habitantes del Archipiélago emigrarian, y no podria conservarse en ninguna formacion un registro per- fectamente consecutivo de sus modificaciones. Muchísimos habitantes marinos del Archipiélago se extien- den actualmente á miles de millas más allá de sus confines; y la analogia nos lleva claramente á la creencia de que se- rian principalmente estas especies que abarcan grandes exten- siones, aunque no todas ellas, las que más a menudo produ- cirian nuevas variedades, las cuales al principio, serian loca- les ó estarian reducidas á un lugar; pero quo si poscian alguna ventaja decidida, ó cuando estuvicran mejoradas y más modi- ficadas, se esparcirian y suplantarian á sus formas madres. Cuando estas variedades volvicran al lugar de donde provi- nieron, como se diferenciarian do su anterior estado en un grado casi uniforme, aunque quizás extremadamente pequeño, y como se las encontraria enterradas en sub-capas de la misma formacion muy poco diferentes, serian clasificadas como es- pecies nuevas y distintas, segun los principios seguidos por muchos paleontólogos. Si hubiera, pues, algun grado de verdad en estas observa- ciones, no tenemos derecho para esperar encontrar en nues- tras formaciones geológicas un número infinito de esas formas delicadas de transicion, que por nuestra teoría han eslabonado todas las especies pasadas y presentes del mismo grupo hasta completar una larga cadena de vida con ramificaciones. Uni- camonte debemos buscar unos cuantos cslabones y éstos con