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COLECCIONES PALEONTOLÓGICAS 359 mo sucede en la América del Norte y en otras muchas par- les del mundo. El geólogo más hábil, si su atencion se hubiera limitado exclusivamente á estos grandes territorios, nunca hu- bicra sospechado que durante los períodos que en su propio país eran blancos y estériles, se habian acumulado en otras partes grandes pilas de sedimentos cargadas de nuevas y pecu- liares formas de vida. Y si en cada territorio separado apenas puede formarse idea de la extension del tiempo que ha trascur- rido entre las formaciones consecutivas, podemos deducir que esta en ninguna parte puede ser averiguada: los frecuentes y grandes cambios en la composicion mineralógica de las forma- ciones consecutivas, que generalmente implican grandes cam- bios en la geología de las tierras vecinas de donde procederia cl sedimento, están conformes con la creencia de que han tras- currido entre cada formacion vastos intervalos de tiempo. Podemos, á mi juicio, ver por qué las formaciones geológi- cas de cada region son casi siempre intermitentes, esto es, que no se han seguido la una á la otra, en séries no interrumpidas. Pocas cosas me han sorprendido más que la ausencia de todo depósito reciente, bastanto extenso, para durar siquiera un corto período geológico, en mi exámen de muchos cientos de millas de las costas de la América del Sur, que se han cleva- do algunos cientos de piés dentro de la época reciente. En toda la costa occidental, que está habitada por una fauna marina peculiar, las capas terciarias están tan pobremento desarrolla- das, que probablemente no se conservarán hasta una cdad dis- tante las señales de várias faunas marinas, sucesivas y pecu- liares. Un poco de reflexion explicará por qué en toda la costa que se eleva a la parte occidental de la América del Sur, no pueden encontrarse en parte alguna, formaciones extensas con restos recientes ó terciarios, aunque debe de haber sido grande por edades enteras la cantidad de sedimento, á juzgar por la enorme degradacion de las rocas de la costa, y por las fango- sas corrientes que entran en la mar. La explicacion es sin duda que los depósitos litorales y sublitorales son continuamente destruidos, tan pronto como son llevados por la lenta y gradual clevacion de la tierra, al alcance de la demoledora accion de las olas de la costa. Podemos, pues, concluir que tiene el sedimento que ser acu- mulado en masas extremadamente espesas, sólidas y extensas,