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LEYES QUE GOBIERNAN LA ESTERILIDAD 319 esterilidad universal en las especies cuando se cruzan, o mirar esta esterilidad, no como un signo característico indeleble, si- no como susceptible de que la domesticidad lo suprima. Finalmente, considerando todos los hechos averiguados so- bre cruzamiento de plantas y animales, puede concluirse que es un resultado muy general algm grado de esterilidad tanto en los primeros cruzamientos como en los híbridos, pero que no puede considerarse como absolutamente universal, dado nues- tro estado actual (le conocimiento. Leyes que gobiernan la esterilidad de los primeros cruzamientos y de los híbridos. Consideremos ahora un poco más en detalle las leyes que sobiernan la esterilidad de los primeros cruzamientos y de los hibridos. Nuestro principal objeto será ver si estas leyes indi- can ó no que las especies han sido dotadas particularmente con esta cualidad, para impedir que se crucen y se mezclen en confusion completa. Las signientes conclusiones están saca- das, en su mayor parte, de la admirable obra de Gaertner sobre la hibridizacion de las plantas. Mucho trabajo me ha costado averiguar hasta qué punto se aplican a los animales; y con- siderando cuán pequeño es nuestro conocimiento con respecto á los animales híbridos, me he quedado sorprendido de encon- trar cuán general es la aplicacion de las mismas l'eglas á los dos reinos. Ya se ha observado que el grado de fertilidad, tanto de los primeros cruzamientos cuanto de los híbridos, va graduándose desde cero á fecundidad perfecta. Es sorprendente de cuántas curiosas maneras puede demostrarse esta gradacion; pero aqui solamente puede darse un bosquejo muy somero de los hc- chos. Cuando se coloca pólen de una planta de una familia en el estigma de una planta de una familia distinta, no ejerce más influencia que si fuera otro tanto polvo inorgánico. Desde cste cero absoluto de fertilidad, el pólen de especies diferentes aplicado al estigma de alguna especie del mismo género, da una gradacion perfecta en el número de semillas producidas hasta casi la completa ſecundidad, ó hasta la completa fecun- didad del todo; y como hemos visto en ciertos casos anorma- les, hasta una fecundidad que excede á la que el propio pólen de la planta produce. Así en los híbridos mismos, hay algunos