Página:Origen de las especies por medio de la selección natural.djvu/329

Esta página no ha sido corregida

GRADOS DE ESTERILIDAD 313 9 ul. Compara siempre el maximum de semillas producido por las dos especies, cuando por vez primera se cruzaron, y el maximum producido por su descendencia híbrida, con el tér- mino medio que dan en el estado de naturaleza ambas espe- cies madres puras, pero intervienen aquí causas de crror sério: uma planta, para ser hibridizada, tiene que ser castrada. y lo que es aún más importante, tiene que ser separada para impe- dir que los insectos lleven á clla pólen de otras plantas. Casi todas las plantas en que Gaertner hizo sus experimentos, esta- ban en macetas en un cuarto de su casa. No puede dudarse de que estos procedimientos son nocivos á menudo para la ferti- lidad de una planta, porque Gaertner da en su tabla una vein- tena de casos de plantas que él castró y que artificialmente fe- cundó con el propio pólen de ellas y (excluyendo todos los ca- sos, como los de las leguminosas, en que hay una dificultad re- conocida de manipulacion) la mitad de estas veinte plantas lu- vieron su fertilidad disminuida en algun grado. Además, como Gaertner cruzara repetidamente algunas formas, tales como las pimpinelas rojas y azules (Anagallis arvensis y cærulea) que los mejores botánicos colocan como variedades, y él las en- cuentra absolutamente estériles, podemos tener dudas sobre si muchas especies, cuando se cruzan, son en realidad tan es- tériles como él creia. Por una parte es cierto que la esterilidad de varias especies cuando se cruz:n es tan diferente en grado y presenta tantas gradaciones insensibles, y por otra parte que la fertilidad de las especies puras queda tan fácilmente afectada por diversas circunstancias, que para todos los propósitos prácticos nada hay mis clifícil que decir dónde concluye la fecundidad perfecta y cinpicza la esterilidad. Pienso que no es necesaria mas prueba de esto que el que llegaran á consecuencias diametralmente opuestas, con respecto á algunas de las mismas formas, preci- samente los dos observadores más experimentados que el mun- do ha producido, á saber: Koelreuter y Gaertner. Es tambien muy instructivo comparar, pero me falta aquí el espacio para entrar en detalles, las pruebas presentadas por nuestros me- jores botánicos en la cuestion de si ciertas formas dudosas han de ser colocadas como especies ó como variedades, con las pruebas de fecundidad aducidas por diferentes hibridicultores ó por un observador mismo por los experimentos hechos du-