INSECTOS NEUTROS Y ESTÉRILES 307 sino tambien en sus órganos visuales, y que estiin, sin embar- go, enlazados por unos cuantos miembros en un estado inter- medio. Añadiré por via de digresion, que si las obreras más po- queñas hubieran sido las más útiles para la comunidad, y si hubicran sido escogidos continuamente aquellos machos y hem- bras que produjeran mayor número cada vez de las obreras más pequeñas, hasta que todas las obreras fueran de esta clase, hu- biéramos tenido entonces una especie de hormiga con neutros próximamente en la misma condicion que los de la Myrmica; porque las obreras de la Myrmica no tienen siquiera rudimen- tos de ocelli, aunque las hormigas machos y hembras los tienen bien desarrollados. Otro ejemplo puedo presentar. Tan fundadamente espe- raba yo encontrar algunas veces gradaciones de estructuras importantes entre las diferentes castas de neutros en la misma especio, que aceptó con mucho gusto el ofrecimiento de Mr. F. Smith, de numerosos ejemplares del mismo nido de la hormiga arrastradora anomma, del Africa occidental. El lec- tor acaso aprecio mejor la cantidad de diferencia en estas obre- las, si le doy, no las medidas reales, sino un ejemplo estricta- mente exacto: la diferencia era la misma que si viéramos una cuadrilla de trabajadores haciendo uma casa, entre los cuales los hubiera con 5 piés 1 pulgadas de estatura unos, y con 16 piés de estatura otros. Pero tenemos, ademas, que suponer que los obreros mayores tenian la cabeza cuatro veces mayor que la de los más chicos, y las quijadas cerca de cinco veces más grandes, siendo así que los cuerpos sólo lo cran tres. Y hay más todavía ; que las quijadas de las hormigas obreras de tamaños diferentes, se diferenciaban maravillosamente en el corte y la forma y número de los dientes. Pero el hecho im- portante aquí para nosotros, es que aunque podia agruparse á las obreras en castas de diferentes tamaños, se graduaban és- tas, sin embargo, insensiblemente de uno en otro, como tam- bien la estructura de sus quijadas en extremo diferentes. IIablo con entera confianza sobre este punto, porque Sir J. Lubbock hizo para mí dibujos con la cámara clara de las quijadas que yo disequé de las obreras de diferentes tamaños. Mr. Bates ha descrito casos análogos en su interesante obra Naturalist on The Amazons. En presencia de estos hechos, creo que puede la seleccion
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