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ORIGIN DE 1.4S ESPECUIES Ciertamente se pensar que tengo yo una confianza presun- tuosa en el principio de la seleccion naturl, cuando no admito que desde luego iniquilan la teoria hechos tan maravillosos y tan bien probados. En el caso más simple de que los insectos neutros seren todos de uma casta, que creo yo ha llegado i ser diferente de los muchos y hembras focidas por medio de la se- lesion natural. podemos deducir por analogia con las variacio- nes ordinarias, que las liveras y ventajosits modificaciones su- cesivas no surgieron primeramente en todos los neutros de in misno nilo, sino en unos pocos solamente, y que por haber so- brevivido las comunidades cuyas hembra produjeron el mayor número donentios con la modificacion ventajosil, todos los neu- tro: vinieron por último á estar de ese modo caracterizados. Sou esta opinion, tenemos que encontrar de vez en cuando en el mismo nido insectos neutros que presenten gradaciones de estructura: y esto sucede, y por cierto con bastante frecuen- cia, si consideramos can reducido número de insectos ha sido cuidadosamente estudiado. Mr. F. Smith ha demostrado que los neutros de algunas hormigas inglesas se diferencian entre si sorprendentemente en tamaño, y hasta en color algumas veces: y que las formas extremas pueden eslabonarse con indi- viduos sacados del mismo nido: yo he comparado por mí mismo radiaciones perfectas de esta clase. Sucede algunas veces que entre las obreras son más numerosas las más grandes ó las más chicas; o que son numerosas las grandes y las chicas, y que hay un número escaso de otras de tamaño intermedio. F'or- inica Maura liene obreras más grandes y más chicas, y unas pocas de tamaño intermedio: y en estil especie, segum las ob- servaciones de Vr. F. Smith, lits obreras mais grandes tienen ojos sencillos cocel!!), que aunque pequeños son claramento vi- sibles, miéntras que las obreras más pequeñas tienen sus ocelli en estado rudimentario. Habiendo disecado cuidadosamente al- gunos ejemplares de estas obreras, puedo alirmar que los ojos son mucho más rudimentarios en las obreras más pequeñas que lo que puede explicarse proporcionalmente a su menor tamaño sin otra causa; y yo creo firmemente, aunque no me atrevo á afirmarlo de positivo, que las obreras de tamaño inter- medio tienen sus ocelli en un estado exactamente intermedio. Tenemos, pues, en este caso, dos cuerpos de obreras estériles en el mismo nido, que se diferencian, no solamente en tamaño,