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CAMBIO DE INSTINTOS

ténticos podria darse de haberse heredado varios matices de disposicion y de gusto, y de igual manera las más extrañas costumbres asociadas con ciertos estados de ánimos ó períodos de tiempo. Pero consideremos el caso familiar de las castas del perro: no puede dudarse que algunas veces los cachorros de los perros de muestra levantan la caza y áun se dejan detrás à otros perros la primera vez que se sacan al campo; la cualidad de traer la caza se hereda tambien en los perros; y una tendencia de correr alrededor del ganado en lugar de correr hácia él, en los perros de pastores. No puedo ver en qué se diferencian esencialmente de los verdaderos instintos estas acciones llevadas á cabo sin experiencia por los cachorros, casi de la misma manera en todos los indivíduos, con ansioso deleite en cada casta, y sin conocer el fin: por qué el cachorro de muestra no sabe la razon de por qué se pone de muestra para ayudar á su amo, como la mariposa blanca no sabe por qué pone sus huevos en la hoja de la col. Si contempláramos una clase de lobo, que cuando cachorro y sin educacion ninguna, tan pronto como olfatea su presa se queda inmóvil como una estátua y despues se arrastra lentamente hácia adelante con un modo de andar peculiar, y otra clase de lobo que en lugar de lanzarse sobre una manada de ciervos corre alrededor de ellos y los va llevando á un punto distante, seguramente llamariamos á estas acciones instintivas. Los instintos domésticos, que asi puede llamárseles, son ciertamente mucho ménos fijos que los instintos naturales; pero en ellos ha obrado una seleccion mucho ménos rigorosa y han sido trasmitidos por un período incomparablemente más corto en condiciones de vida ménos fijas. Cuán fuertemente estos instintos domésticos, hábitos y dis posiciones se heredan y cuán curiosamente llegan á mezclarse se manifiesta perfectamente cuando se cruzan dif rentes castas de perros. Así es un hecho bien conocido que el cruzamiento con un perro de presa ha influido por muchas generaciones en el valor y obstinacion de los galgos, y un cruzamiento con un galgo ha dado á toda la familia de perros de ganado una tendencia á cazar liebres. Estos instintos domésticos que sufren así la prueba del cruzamiento se parecen á los instintos naturales, en que de igual manera llegan á fundirse unos con otros curiosamente, y que por mucho tiempo dejan ver huc-