ORJECIONES A LA TEORIA 271 A ménos que admitamos transformaciones tan prodigiosas como las que defiende M. Mivart, tales como el repentino des- arrollo de las alas de pájaros ó murciélagos ó la súbita conver- sion de un hipparion en un caballo, apenas la creencia en las modificaciones bruscas da luz alguna para la falta de eslalones de enlace en nuestras formaciones geológicas; pero la embrio- logia presenta una protesta fuerte contra las creencias en cam- bios bruscos. Notorio es que las alas de los pájaros y murciéla- gos, y las piernas de los caballos y otros cuadrúpedos son in- distinguibles en un período embrionario temprano, y que se van diſerenciando por pasos insensiblemente delicados. Pueden cxplicarse los parecidos embriológicos de todas clases, como lo veremos más adelante, porque hayan variado despues de la primera juventud los progenitores de nuestras especies exis- tentes, y hayan transmitido sus caracteres nuevamente adqui- ridos á su descendencia en una edad correspondiente. El cm- brion queda asi casi sin afectar, y sirve como un registro de la pasada condicion de las especies; por esto sucedo que las espe- cies existentes durante los primeros períodos de su desarrollo, se parezcan tan a menudo á formas antiguas y extinguidas que pertenecen a la misma clase. Con esta opinion sobre el sig- nificado de los parecidos embriológicos y verdaderamente por una opinion cualquiera, es increible que un animal haya su- frido transformaciones tan instantáneas y bruscas como las arriba indicadas, y que no tengan, sin embargo, ni una huella en su condicion embriónica de ninguna modificacion repenti- na, siendo todos los detalles de su estructura desarrollados por pasos insensiblemente delicados. Todo el que crea que por me. dio de una fuerza ó tendencia interna, una forma antigua se transformó repentinamente en una que tuviera alas, por ejem- plo, se verá casi obligado á suponer en contra de toda analogia que variaron simultáneamente muchos indivíduos. No puede negarse que cambios de estructuras tan bruscos y grandes son en un todo diferentes de aquellos que la mayor parte de las es- pecies han atravesado al parecer. Se verá obligado tambien ade- mas á creer que muchas estructuras hermosamente adaptadas á todas las demas partes de la misma criatura, y á las condi- ciones que las rodean han sido repentinamente producidas; y no será posible que encuentre ni la sombra de una explicacion para tan complejas y maravillosas coadaptaciones. Se verá
Página:Origen de las especies por medio de la selección natural.djvu/287
Esta página no ha sido corregida
