OBJECIONES Á LA TEORIA 269 ciones bruscas y fuertemente marcadas en nuestras produccio- mes domésticas solamente en casos aislados y con grandes in- tervalos de tiempo. Si ocurriesen lo mismo en el estado natural estarian expuestas á perderse, como ya se explicó anteriormen- to, por causas accidentales de destruccion y por los consiguien- tes cruzamientos; se sabe que así sucede en la domesticidad cuando las variaciones bruscas de esta clase no son especialmen. to preservadas y separadas por el cuidado del hombre. Por esta razon, para que apareciera una especie nuova repentinamente á la manera que M. Mivart supone, es casi necesario creer, en contra de toda analogía, que algunos indivíduos maravillosa- mente cambiados aparecieran simultáneamente dentro de la misma localidad. Esta dificultad está evitada, como en el caso de la seleccion inconsciente por el hombre, con la teoría de la evolucion gradual, en virtud de la preservacion de un gran nú- mero de indivíduos que varíen más ó ménos en una direccion favorable cualquiera y de la destruccion de un gran número que varie en sentido opuesto. Apenas hay lugar á la duda sobre que muchas especies han sido desarrolladas de una manera extremadamente gradual. Las especies, y hasta los géneros de muchas grandes familias naturales, están tan inmediatamente enlazados, que es difícil distinguir no pocos de ellos. En cada continente al proceder del Norte al Sur de las tierras bajas a las altas, etc., nos en- contramos con una caterva de especies intimamente relaciona- das ó representativas; y lo mismo nos sucede en ciertos conti- nentes separados que tenemos razones para creer que estuvic- ron unidos en otro tiempo. Pero al hacer estas observaciones y las demas que vienen, mo veo obligado á aludir á puntos que todavía han de discutirse más adelante. Véase las muchas islas que rodean un continente, y véase cuántos de sus habi- tantes pueden merecer solamente el rango de especies dudosas. Lo mismo acontece si miramos á los tiempos pasados y com- paramos las especies que acaban de desaparecer con las que todavía viven en las mismas regiones, ó si comparamos las especies fósiles enterradas en las subcapas de la misma forma- cion geológica. Es en verdad manifiesto que multitud de espe- cies están relacionadas de la manera más intima con otras es- pecies que todavía existen ó que han existido recientemente; y podria apenas sostenerse que tales especies han sido desarro-
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