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ORIGEN DE LAS ESPECIES

trepadoras de hojas, una cualidad importante se encuentra, á saber: la sensibilidad al tacto, por cuyo medio los pedúnculos de las hojas ó flores, ó de éstas modificadas y convertidas en zarcillos, son excitados à doblarse alrededor y á agarrar el objeto que las toca. El que quiera leer mi memoria sobre estas plantas, admitirá, creo yo, que todas las muchas gradaciones en funcion y en estructura entre las que se enroscan sencillamente, y las que tienen zarcillos, son en todos los casos ventajosas en alto grado á las especies. Por ejemplo: es claramente ventaja grande para una planta que se enrosca, llegar á ser una trepadora de hojas, y es probable que toda planta de esta clase que poseyera hojas con largos pedúnculos se hubiera desarrollado en una trepadora de hojas, si los pedúnculos hubieran percibido en un grado pequeño la necesaria sensibilidad al tacto. Como enroscarse es el modo más sencillo de subir sobre un punto de apoyo y forma la base de nuestra serie, se ocurre naturalmente la pregunta de cómo adquirieron las plantas esto poder en un grado incipiente, que habia de ser despues mejorado y acrecentado por medio de la seleccion natural. El poder de enroscarse depende: primero, de que los tallos cuando son tiernos sean en extremo flexibles (pero este es un carácter comun á muchas plantas que no son trepadoras); y segundo, en que están continuamente doblándose en todas direcciones en el mismo órden, y sucesivamente unos despues de otros. Por este movimiento se inclinan á todos lados y se mueven en redondo. Tan pronto como la parte inferior de un tallo choca contra un objeto cualquiera y se detiene, la parte superior sigue doblándose y revolviéndose, y así necesariamente se enrosca alrededor y hácia arriba del soporte. El movimiento de revolverse cesa despues del temprano crecimiento de cada vástago. Como en muchas familias de plantas extensamente separadas hay especies solas y géneros solos que poseen el poder de revolverse, y que por esto se han hecho enredaderas, deben de haberlo adquirido independientemente y no pueden haberlo heredado de un progenitor comun. Me indujo esto á predecir que una ligera tendencia á un movimiento de esta clase estaria lejos de ser cosa rara en las plantas que no trepan, y que esta tendencia habia dado la base para que la seleccion natural trabajara y mejorara. Cuando hice esta prediccion, sola-