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ORIGEN DE LAS ESPECIES

del cuerpo, incluyendo las aletas laterales, auque Yarrel piensa que el reducido tamaño de estas aletas es ventajoso para el pez, porque tienen mucho ménos sitio para sus operaciones que las más grandes de encima.» Quizás el menor número de dientes en la proporcion de 4 á 7 en las mitades superiores de las dos quijadas de la platija, á 25 á 30 en las mitades inferiores, pueda de igual manera ser explicado por el desuso. Por el estado incoloro de la superficie ventral de la mayor parte de los peces y de muchos animales más, podemos suponer razonablemente que la falta de color en el pez chato en el costado, que llevan debajo, sea el izquierdo ó el derecho, es debida á la exclusion de la luz. Pero no podemos suponer que sean debidos á la accion de la luz el aspecto peculiar y manchado de la parte superior del lenguado, tan igual al arenoso lecho del mar, ni el poder en algunas especies, como lo ha demostrado recientemente Pouchet, de cambiar su color en conformidad con la superficie que les rodea, ni la presencia de tubérculos huesosos en la parte superior del rodaballo. Es probable que aquí la seleccion natural haya entrado en juego lo mismo que para adaptar la figura general del cuerpo de estos peces y muchas otras peculiaridades, á sus hábitos de vida. Tenemos que no olvidar, como ántes he dicho, que la seleccion natural fortalece los heredados efectos del mayor ó menor uso de las partes, y quizás de su desuso. Porque todas las variaciones espontáneas en el buen sentido serán por ella conservadas, como lo serán tambien aquellos indivíduos que hereden en el más alto grado los efectos del uso aumentado y ventajoso de una parte cualquiera. Parece imposible decidir cuánto hay que atribuir en cada caso particular á los efectos del uso, y cuánto á la seleccion natural. Puedo dar otro ejemplo de una estructura que en la apariencia debe su origen exclusivamente al uso ó hábito. La extremidad de la cola de algunos monos americanos ha sido convertida en un órgano prehensil, tan maravillosamente perfecto, que sirve como una quinta mano. Un escritor de revista, que está de acuerdo con M. Mivart en todos los detalles, observa al hablar de esta estructura: «Es imposible creer que en un número cualquiera de generaciones, la primera ligera. tendencia incipiente para agarrar pudiera conservar las vidas. de los indivíduos que la poseyeran, ó favorecer sus proba-