OBJECIONES Á LA TEORÍA 231 fluencias pueden ser agrupadas todas juntas en gracia de la brevedad bajo la expresion de leyes del crecimiento. En tercer lugar, algo tenemos que conceder á la accion directa defi- nida del cambio de condiciones de vida y á las variaciones lla- madas espontáneas, en las que la naturaleza de las condicio- nes desempeña aparentemente un papel del todo secundario. Las variaciones en el retoño, tales como la aparicion de una rosa de musgo en una rosa comun, ó de una nectarina en un árbol de melocotones, ofrecen claros ejemplos de variacio. nes espontáneas, pero aun en estos casos, si recordamos el poder de una gota insignificante de veneno para producir hiel muy compleja, no debemos encontrarnos muy seguros de que las variaciones arriba dichas no sean el efecto de algun cam- bio local en la naturaleza de la sávia debido á algun cambio en las condiciones. Tiene que haber alguna causa que de- termine la más pequeña diferencia individual, lo mismo que las variaciones más fuertemente marcadas que de vez en cuando surgen; y si la causa desconocida obrara con persistencia, es casi cierto que todos los indivíduos de la especie quedarian modificados de un modo semejante. En las primeras ediciones de esta obra miré con ménos in- sistencia de la que merece la frecuencia é importancia de las modificaciones, debidas a la variabilidad espontánea. Pero es imposible atribuir a esta causa las innumerables estructuras que están adaptadas tan perfectamente a los hábitos de vida de cada especie. No puedo creer más en esto, que el que pueda ser explicado por tales razones la forma bien adaptada que án- tes del principio de seleccion por el hombre, excitaba tanta sor- presa en los antiguos naturalistas. No estará de más aclarar algunas de las observaciones ante- riores. Con respecto a la supuesta inutilidad de varias partes y órganos, apenas es necesario observar que existen áun en los animales superiores y mejor conocidos muchas estructuras que están tan altamente desarrolladas, que nadie duda de que son de importancia, aunque su uso no haya sido todavía ave- riguado ó sólo lo haya sido muy recientemente. Como Bronn presenta por ejemplos, aunque insignificantes, de diferencias en la estructura que no pueden ser de un uso especial, la lon- gitud de las orejas y rabo en las diversas especies de ratones, mencionaré yo, que segun el Dr. Schoebl, los oidos externos
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