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224 ORIGEN DE LAS ESPECIES Hemos visto que una especie en nuevas condiciones de vida, puede cambiar sus hábitos ó puede tenerlos diversificados, y algunos muy desemejantes a los de sus congéneres más inmc- diatos. Con esto podemos entender, teniendo presente que cada sér orgánico trata de vivir en todas partes donde puede, cómo ha sucedido que haya ocas de tierra adentro con piés cmpalmados, pica-maderos en el terreno, tordos que buccan y petreles con las costumbres de los pájaros bobos. Aunque la creencia de que un órgano tan perfecto como lo es cl ojo, pudicra haber sido formado por la seleccion natural, es bastante para hacer vacilar á cualquiera, sin embargo, en el caso de un órgano cualquiera, si tenemos noticias de una serie larga de graduaciones en su complejidad, cada una de ellas ven- tajosa para su poseedor, no hay una imposibilidad lógica de que en condiciones cambiadas de vida adquiera por medio de la se- leccion natural cualquier grado de perfeccion concebible. En los casos en que no sabemos nada de los estados intermedios ó de transicion, tenemos que ser extremadamente cautos para dedu- cir que no puede haber existido ninguno, porque las metamór- fosis de muchos órganos prueban que cuando menos son posi- bles maravillosos cambios en sus funciones. Por ejemplo: una vejiga natatoria ha sido aparentemente convertida en un pul- mon quo respira aire. El mismo órgano que haya desempe- ñado simultáneamente funciones muy diferentes y que despues haya sido especializado en todo o en parte para una sola; y dos órganos distintos que hayan desempeñado al mismo tiempo la misma l'uncion, habiendo sido el uno perfeccionado con la ayuda del otro, deben muchas veces haber facilitado en gran manera las transiciones. La seleccion natural nada puede producir en una especie para el bien ó daño exclusivo de otra; aunque si puede produ- cir partes orgánicas y escreciones altamente útiles ó áun in- dispensables, y tambien altamente dañosas para otra especie; pero han de ser en todos casos útiles al mismo tiempo para el poseedor. En cada país bien poblado obra la seleccion natural por medio de la competencia de los habitantes, y por consi- guiente lleva al triunfo en la batalla por la vida, solamente de acuerdo con el tipo modelo de aquel país determinado. Por esto los habitantes de un país pequeño ceden a menudo anto los habitantes de otro más grande, porque en el país más grande