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208 ORIGEN DE LAS ESPECIES rato respiratorio de aire, y que pueden vivir fuera del agua. En dos de estas familias que fueron examinadas por Müller más especialmente, y que están entre sí inmediatamente rela- cionadas, las especies concuerdan muchísimo en todos los ca- racteres importantes; á saber: en sus órganos de sentido, sis- tema circulatorio, en la posicion de los penachos de pelo den- tro de sus estómagos complejos, y por último, en la total es- tructura de los bronquios respiradores del agua y hasta en los ganchillos microscópicos, con los cuales se hace la limpieza de dichos bronquios. Por todo esto deberia esperarse que en las pocas especies pertenecientes a las dos familias que viven en tierra hubiera sido el mismo, el igualmente importante apa- rato para respirar aire; pues ¿por qué este aparato, hecho con el mismo objeto, habia de diferenciarse, miéntras que todos los demas órganos importantes eran muy semejantes, ó mejor dicho, idénticos? Fritz Müller arguye que este estrecho parecido en tantos pun- tos de estructura debe explicarse, segun las opiniones expues- tas por mí, por la herencia de un progenitor comun. Pero como la vasta mayoría de las especies en las dos familias dichas, y lo mismo en la mayor parte de los demas crustáceos, son acuá- ticas en sus costumbres, es improbable en el más alto grado que su antecesor comun hubiese sido adaptado para respirar aire. Müller se vió así conducido á examinar cuidadosamente el aparato en las especies que respiran aire; lo encontró que se diferenciaba en cada una en algunos puntos importantes, como son la posicion de los orificios, la manera de abrirse y cerrarse éstos y otros detalles accesorios. Pero dichas diferen- cias son inteligibles, y hasta debian haber sido esperadas en la suposicion de que especies pertenecientes á diferentes familias se hayan ido poco á poco adaptando á vivir cada vez más fuera del agua y á respirar el aire. Porque estas especies, por perte- necer á distintas familias, se hubieran diferenciado hasta cierto punto, y de acuerdo con el principio de que la natura- leza de cada variacion depende de dos factores, á saber: la na- turaleza del organismo y la de las condiciones que la rodean, la variabilidad de dichas especies no hubiera sido seguramente exactamente la misma. En consecuencia, la seleccion natural habria tenido diferentes materiales ó variaciones con que tra- bajar para llegar al mismo resultado funcional; y las estructu-