206 ORÍGEN DE LAS ESPECIES especialmente relacionados entre sí; pero esto está lejos de ser verdad. La geologia tampoco nos lleva á la creencia de que la mayor parte de los peces poseyera anteriormente órganos eléc- tricos, que sus modificados descendientes hayan perdido ahora. Pero cuando miramos al asunto más de cerca, encontramos en los diversos peces provistos do órganos eléctricos, que están éstos colocados en diferentes partes del cuerpo, que se diferen- cian en construccion y en el arreglo de las placas, y segun Pacini, en el procedimiento ó medios por los cuales se excita la electricidad; y por último, y ésta es quizá la más importante de todas las diferencias, en que están provistos de nervios que proceden de diferentes orígenes. Por esta razon, en los diver- sos peces que tienen órganos eléctricos, no pueden éstos ser considerados como homólogos sino únicamente como análogos en sus funciones. Por consiguiente, no hay razon para suponer que hayan sido heredados de un progenitor comun; porque á ser así, se hubieran parecido mucho los unos á los otros en to- dos conceptos. De este modo desaparece la dificultad de que un órgano, el mismo en apariencia, nazca en algunas especies remotamente aliadas, dejando sólo la dificultad menor, pero todavía grande, de por qué pasos graduados se han desarro- llado estos órganos en cada grupo separado de peces. Los órganos luminosos que se presentan en algunos pocos in- sectos que pertenecen á familias muy diferentes, los cuales es- tán situados en diferentes partes del cuerpo, ofrecen en nuestro estado actual de ignorancia una dificultad casi exactamente paralela con la de los órganos eléctricos. Podrian citarse otros casos semejantes; por ejemplo, en las plantas la curiosísima disposicion de una masa de granos de pólen, soportada en un pedúnculo ó en una glándula viscosa, que es aparentemente la misma en las Orchis y Aclepias, géneros casi tan remotos como es posible entre plantas que dan lloros; pero aquí tampoco son homólogas las partes. En todos casos de séres que estén muy lejanos unos de otros en la escala de la organizacion, y dota- dos de órganos semejantes y peculiares, se encontrará que aun- que la apariencia general y las funciones de los órganos pue- dan ser las mismas, sin embargo, siempre se pueden descubrir entre ellos diferencias fundamentales. Por ejemplo, los ojos de los cefalópodos ó jibias y de los animales vertebrados, parecen maravillosamente iguales; y en grupos tan extensamente sepa-
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