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ORIGEN DE LAS ESPECIES 158 Como podemos inferir que nuestros animales domésticos fueron escogidos en su origen por el hombre incivilizado, á causa de que eran útiles, y porque criaban sin obstáculos es- tando cautivos, y no porque se les encontrase despues capaces do ser trasportados muy lejos, la capacidad comun y extraor- dinaria que tienen nuestros animales domésticos, no sola- mente para soportar los climas más diferentes, sino de ser en ellos perfectamento fértiles, lo cual es mucho más todavía, puede usarse como un argumento de que una gran proporcion clo los demas animales que hoy se encuentran en un estado silvestro, podrian fácilmente ser conducidos á climas comple- tamente distintos. No debemos, sin embargo, llevar demasiado léjos el anterior argumento, teniendo en cuenta que probable- mente algunos de nuestros animales domésticos proceden do varios troncos silvestres. Las sangres, por ejemplo, de un lobo tropical y de otro ártico, pueden tal vez estar mezcladas en nuestras castas domésticas. La rata y el raton no pueden con- siderarse como animales domésticos; pero por el hombre han sido trasportados á muchas partes del mundo, y ocupan ahora extension más grande que ningun otro roedor, porque viven en el frio clima de Feroe al Norte, y de las Falklands al Sur, y en más de una isla de las zonas tórridas. De aquí que la adaptacion á un clima especial pueda considerarse como una cualidad prontamente ingerta en una gran flexibilidad innata de la constitucion, comun á la mayor parte de los animales. Segun esta opinion, la capacidad que el hombre mismo y sus animales tienen para sufrir los climas más diferentes, y el he- cho de que el elefante y el rinoceronte extinguidos hayan so- portado en otro tiempo un clima glacial, mientras que las es- pecies que hoy viven son todas tropicales ó sub-tropicales en sus hábitos, no deben de considerarse como anomalías, sino como ejemplos de una flexibilidad de constitucion muy co- mun, puesta en accion en circunstancias peculiares. Es una cuestion oscura la de saber qué parte de la aclima- tacion de las especies a cualquier clima particular es debida al mero hábito, y qué parte á la seleccion natural de varic- dades que tengan diferentes constituciones innatas, y qué parte á ambas causas combinadas. Que el hábito ó la costum- bre tiene alguna influencia, debo creerlo, ya por analogía, ya por el incesante aviso dado en las obras de agricultura, kun