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Introducción

dido en los libros. Nos fijaríamos más bien en aquellas comedias de fines del siglo XII y principios del XIII, compuestas en hexámetros y pentámetros como ésta; tanto ó más desvergonzadas que ella, aunque menos dramáticas, y con las mismas pretensiones de estilo ovidiano. Y si nos fuera permitido tener opinión en materia tan oscura, diríamos que el Pamphilus debe de ser contemporáneo de la Comedia Lydia y de la Comedia Milonis, de Mateo de Vendôme; de la Comedia Alda, que es del mismo tiempo y acaso del mismo autor, aunque algunos la atribuyan á Guillermo de Blois[1], y de otros cuentos en verso con forma elegiaca, varios de los cuales repiten argumentos de comedias clásicas. Así, el Geta y Birria, de Vital de Blois (Vitalis Blessensis) es un remedo del Amphitruo, de Plauto, y su Querolus lo es, no de la Aulularia, sino del antiguo Querolus en prosa, escrito, al parecer, en las Galias y en el siglo IV. En este grupo de obras creo que ha de colocarse el Pamphilus, aunque el estilo parezca más sobrio y la latinidad menos mala[2].

Esta pieza, tan seca, desnuda y elemental como es, tiene la importancia de ser la primera comedia exclusivamente amorosa que registran los anales del teatro. Por lo mismo que no procede de Plauto ni de Terencio, no calca sus intrigas, y en ella viene á ser principal lo que en la comedia clásica es accesorio. La única fuente del poeta es Ovidio: se ve por sus máximas eróticas, por su estilo, por el metro que usa y por los versos y frases que íntegramente copia de su modelo. La novedad está en haber dramatizado hasta cierto punto lo que en Ovidio se presenta con aparato didáctico; es decir, la teoría de la seducción, encarnándola en una fábula simplicísima, que viene á ser la comprobación práctica del Arte de Amar. Y como desgraciadamente este fondo, aunque bajo y ruin, es de todos tiempos, el desconocido autor pudo, sin gran esfuerzo, dar á su obra un interés general, que la hizo adaptable á tiempos y civilizaciones muy diversas. Pero él no encontró más que la primera materia, tratándola con rudeza suma. La forma, es decir, la verdadera creación artística, pertenece únicamente á los grandes ingenios españoles que después de él se apoderaron de este argumento.

Si alguna prueba necesitáramos del prodigioso talento poético del Archipreste de Hita, tan manifiesto en cualquiera de los episodios de su múltiple novela rimada, nos le daría la mágica transformación que hizo de la pobre comedia latina, trocándola en un cuadro de la vida castellana, rico de luz, de alegría y de color. Todo el Pamphilus

  1. Vid. Histoire Littéraire de la France, tomo XXII, pp. 39-61, y el tercer tomo de la colección de du Méril, Poésies inédites du Moyen Âge... 1854 (pp. 350-445).
  2. Para evitar confusiones en que yo mismo he incurrido antes de ahora, debo advertir que el Pamphilus nada tiene de común con otro poema estrafalario titulado De Vetula, que en la Edad Media se atribuyó á Ovidio, suponiéndole encontrado en su sepulcro de Tomos, y que también figura en la colección de Goldasto. Esta obrilla, cuyo verdadero autor, según recientes investigaciones, fué Ricardo de Furnival, maestrescuela de la Catedral de Amiens en el siglo XIII, se divide en tres libros de carácter muy enciclopédico, con interesantes digresiones sobre los juegos, sobre la aritmética y la alquimia, sobre la natación, la pesca y la caza, en todo lo cual dice el autor que se ejercitaba Ovidio, después que renunció al amor, á consecuencia del tremendo chasco que le dió una vieja (de donde el título del poema), haciéndose pasar en la oscuridad de una cita amorosa por la dama á quien Ovidio cortejaba y de quien ella había sido nodriza. Este ridículo poema fué traducido al francés en el siglo XIV por Juan Lefèvre (Vid. La Vieille ou les dernières amours d'Ovide. Poëme français du XIVe siècle, traduit du Latin de Richard de Fournival par Jean Lefèvre. Publié pour la première fois et précedé de recherches sur l'auteur du Vetula par Hippolyte Cocheris, Paris, 1861).