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ODAS SECULARES

En el jarro vacío el chorro agudo,
Como un niño dijérase que llora;
Y en la espuma del que se va llenando,
Enronquece un arrullo de paloma.
Un olor de heno fresco y de aceituna
Exhalan las boñigas; más sonora
Canta la rana del jagüel vecino;
Y en su puerilidad de alma dichosa,
La niña te sonríe con los ojos
Al ocupar sus labios en la copa.


Las vacas montañesas de mi villa,
Cuando pacen la grama de las lomas,
Tienen la mejor leche para el queso;
Mas, como no son finas, es bien poca.
Sí comen albahaca y altamisa,
Suele volverse amarga y olorosa.


Cuando las toca un año llovedizo,