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LEOPOLDO LUGONES

Y al coposo algodón que esfuma nieves
De sutil muselina, y cuya mota
Deja un calor de nido en la ahuecada
Mano que sus blandicias corrobora.
En los cerros del Norte las mujeres,
Recogen para hacer ligeras colchas
De cinco libras, el capullo enorme
De los palos borrachos cuya floja
Corteza de alcornoque, redondeada
Por contornos de pipa que tachonan
Como roblones las espinas gruesas,
Dá propicia oquedad para canas.
No hay algodón más cálido y brillante
Para el tejido, pero su hebra es corta,
Y resiste al morado de la grana,
Si bien las añilinas lo coloran.


Celebremos la caña del ingenio,

Con su dorada madurez que empolva