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LEOPOLDO LUGONES
En tanto, bajo el haz de los canutos
Cuya delgadez frágil y sonora
Se aflauta con translúcida terneza,
Junto á la calabaza que coloran
Jaspes y lepras de reptil sombrio,
Pasa el sapo hortelano su modorra,
Entornados los ojos y latida
De lentos pulsos su garganta rosa.
Alabemos al lino que florece
Y cuyas flores son como pastoras
De sencillo celeste endomingadas
Al borde de las sendas polvorosas.
En colores de lago reunidas
Acá y allá, díjérase que imploran
Por el campo feraz que mira al cielo
Con el pálido azul de sus corolas.
Fortalece en los tallos la hebra fina
Que á falta de batán se va de sobra,
Batida por la llanta en los caminos