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LEOPOLDO LUGONES

O como carros de heno acolchonados,
Las cabezas unánimes agobian.
Unos chorrean la pendiente lana
En rapacejos rústicos de colcha.
El vellón de esos de testuz cerrado
Como un terrón, en las tajadas fofas
En que lo parten para verlo, enseña
Cual tajado melón ternuras rosas.


Sobre sus tiernas patas de alfeñique
Jadean las borregas dormilonas.
El morueco salaz que las encela,
Les vibra al flanco su matraca ronca.
Perseverantes razas tipifican
Las caras negras y las blancas colas;
Y las cándidas nubes del contorno
Con su aglomeración deslumbradora,
Que delinea en mundo de rebaños
La haz de la profunda Patagonia,
Allá en lo azul parece que congelan

Un cargamento de afanadas flotas.