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LEOPOLDO LUGONES

Adoba el cuero dócil del oficio
La tenaz fortaleza del cebil.


Es de cedros y mirtos el enorme
Perfume que embalsama tu reposo.
Tal como en el Cantar del Rey Hermoso,
Tu ropa huele á Líbano aromal.
Y así en tu viejo Campo de la Gloria,
Tu cariño ,á los héroes propenso,
Les ha tendido por su dario inmenso
La eterna floración del naranjal.