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ODAS SECULARES

A hombro de monte carga el riel; su acero
Audaz, evoque con alegre asombro,
La epopeya en que el sable granadero,
Barra de luz viríl cruzaba en tu hombro.


Abre al peñasco su opulenta entraña
Donde mismo sangró el heroe recio,
Para acendrar en oro de montaña
Aquella sangre que no tiene precio.


En fraternal progreso ese oro entrega
Más allá de tus lindes soberanos,
Cual corona la parra solariega
El muro medianil de los hermanos.


Enfrena al mar cruzándole tu escuadra
En la boca de plata de tu río,
Y al raudo hervor que el hélice taladra
Dá tu escolta al pacifico navío.