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Si ya el amor es odio, y vergüenza, y despecho,
A riesgo de morirte, la arrancarás del pecho
Como Sansón, un día, volteara los pilares.
Y si quedaran rastros de sus dos ojos bellos
Te vaciarás los vasos sanguíneos y por ellos
Harás correr el agua salada de los mares.
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