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CAMINO A LOS PAREDONES


E

n la greda reseca ni una sola gramilla.

A un lado el alto nudo de las sierras y enfrente
Otro muro de piedra, oxidada y caliente.
Y el cielo casi verde. Y la tierra amarilla.


El espino. Palmeras negras, chicas, quemadas,
Sobre el plano arenoso. No hay aves. Un profundo
Silencio. En las laderas grandes piedras echadas.
Y algo del primitivo cataclismo del mundo.


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