Página:Ocre (1925).pdf/29

Esta página ha sido corregida

DUERME TRANQUILO


D

ijiste la palabra que enamora

A mis oídos. Ya olvidaste. Bueno.
Duerme tranquilo. Debe estar sereno
Y hermoso el rostro tuyo a toda hora.


Cuando encanta la boca seductora
Debe ser fresca, su decir ameno;
Para tu oficio de amador no es bueno
El rostro ardido del que mucho llora.


— 27