Esta página ha sido corregida
Grandes cactus sedientos sobre arenas doradas,
Y cigarras sonoras, y piedras calcinadas,
Se asoman a mis largas siestas, sin que concluya
Este lento desfile de puntos por mis manos.
Y a ratos, en el aire que impregnan los manzanos,
Van y vienen dos frases: Eres mía. Soy tuya.
18 —