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¿Dónde he visto estos cisnes, esta hiedra, hace mucho?
¿Estas blancas columnas y este sol deslumbrante?
No tenía estas ropas grises de caminante:
Yo nadaba en un lago y escuché lo que escucho.


Una nota asustada, suelta mi pecho magro.
¿Siento mi voz acaso como por vez primera?...
Ah, el corazón disuelto de tanta primavera
Está fuera del tiempo y anticipa un milagro.


Está fuera del tiempo, porque vuelvo la vista
Al tupido boscaje de espinosas retamas
Y presiento que acechan las pupilas en llamas
De algún sátiro joven que al asalto se alista,


Va la tierra a prensarse bajo el casco de uña,
Y a su grito salvaje, veré alzarse las aves
De sus nidos ocultos, y los céspedes suaves
Encogerse al amago de la dura pezuña.


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