SUEÑO
Fumar tabaco podría aumentar el riesgo de sufrir fibromialgia y otras enfermedades. Además, este hábito se relaciona con mayores niveles de dolor, ansiedad, depresión y estrés.
Uno de los síntomas habituales relacionados con la fibromialgia son los problemas de sueño y la falta de descanso. ¿Podemos mejorar la calidad de nuestro sueño y así descansar mejor? ¿De qué manera podemos gestionar nuestro tiempo para mejorar nuestro día a día?
El sueño es esencial para el bienestar de cualquier persona, pues es imprescindible para el sistema inmunológico, para el adecuado funcionamiento físico, cognitivo y psicológico, para la recuperación de energía y el descanso. Las alteraciones del sueño son frecuentes en las personas con fibromialgia y contribuyen a empeorar los síntomas de la enfermedad. Es recurrente que estos o estas pacientes se quejen de un sueño poco reparador, además de que, en sí, el propio dolor puede generar despertares e insomnio.
Los procedimientos en esta área pueden incluir el tratamiento farmacológico (siempre con prescripción médica), el ejercicio físico y el tratamiento psicológico orientado principalmente a mejorar la higiene de sueño.[1]
Para tener una adecuada «higiene de sueño» es necesario:
» 1. Mantener horarios de sueño regulares, acostándose y levantándose siempre a la misma hora, incluidos los fines de semana.
» 2. Cenar al menos dos horas antes de acostarse. Se puede tomar algo ligero para favorecer la relajación antes de ir a dormir (por ejemplo, una infusión caliente sin teína).
» 3. Evitar cenas pesadas, con mucha grasa y azúcares.
» 4. Evitar la exposición a luces brillantes como pantallas, lámparas, etc. Idealmente, antes de dormir, la luz debe ser tenue.
- ↑ Prados, G., & Miró, E. (2012). Fibromialgia y sueño: una revisión. Revista de Neurología, 54(4), 227-240. https://doi.org/10.33588/rn.5404.2011556