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Las fortalezas personales se desarrollan a través del aprendizaje. Aquellas bien construidas contribuyen al bienestar y al adecuado enfrentamiento del diagnóstico y los síntomas de cualquier enfermedad, especialmente una enfermedad crónica. Cuando ocurre un evento estresante, la persona con buenas fortalezas personales tendrá suficientes herramientas para afrontarlo y sacar el mejor partido a sus opciones y posibilidades, en lugar de encerrarse en sus limitaciones y sentirse desdichada y desesperada.

En situaciones estresantes, las personas con alta resiliencia son adaptables, desarrollan conductas vitales positivas, se enfrentan a los problemas de forma efectiva y son hábiles para atravesar y superar distintos acontecimientos difíciles. La resiliencia se aprende en la interacción de la persona con su entorno por lo que puede enseñarse y fomentarse a través de la intervención psicológica.

Una buena resiliencia promoverá un afrontamiento adecuado del diagnóstico y la sintomatología de la enfermedad, sin caer en la desesperanza; las personas valorarán lo que pueden hacer y en lo que pueden mejorar y planificarán cómo conseguirlo. Fortalezas como la valentía, la perseverancia y la vitalidad contribuirán a que la persona no se deje intimidar por la amenaza de la enfermedad o el dolor, se adapte de forma exitosa y obtenga satisfacción a través del desarrollo de nuevas habilidades. Las fortalezas del amor, la amabilidad y la inteligencia emocional permitirán que la persona con fibromialgia sea capaz de comprender adecuadamente el impacto que su enfermedad causa en su entorno y, de este modo, podrá hacer entender a los demás su situación de forma más realista y cercana, consiguiendo con ello un mayor apoyo social y una disminución de los conflictos con su núcleo cercano.

En esencia, por parte de los y las pacientes, se requiere que busquen respuestas y soluciones en ellos mismos y ellas mismas, en sus propias fortalezas. Igualmente, es necesario ser consciente del impacto generado en los demás, tratar de entenderlo y hacerlos entender ¿cómo? Mejorando la comunicación y la empatía. El sentimiento de culpabilidad, de desdicha o de desesperación solamente conduce al aislamiento y al empeoramiento de los síntomas.

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