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HABLAMOS DE PREVENCIÓN
¿POR DÓNDE EMPEZAR?

¿Sabías que, aunque realmente la persona sea capaz de resolver una situación o evento, si interpreta que supondrá un peligro o se le da excesiva importancia, podría aparecer el estrés?

La prevención de la fibromialgia se centra sobre todo en la reducción del estrés y en el correcto acondicionamiento físico, que mejorará los procesos de circulación sanguínea, pudiendo reducir el dolor a largo plazo.[1]

En la fibromialgia aparece un funcionamiento anormal del sistema de respuesta del estrés en el sistema nervioso. Este suele surgir después de periodos prolongados de sobrecarga física y/o emocional —por lo general dentro de algún episodio depresivo— y se ha relacionado con cambios inmunológicos y en el procesamiento del dolor. En este sentido, los problemas en el funcionamiento de estos mecanismos reguladores del estrés podrían fomentar la activación de los mecanismos de neuroinflamación, lo que provocaría o aumentaría los síntomas característicos de la enfermedad (por ejemplo, el dolor).

Por lo tanto, en el marco de esta enfermedad, las herramientas psicológicas para afrontar adecuadamente el estrés son esenciales.

ESTRÉS CRÓNICO

El estrés es la respuesta que da el organismo para adaptarse y afrontar las demandas del ambiente a través de mecanismos biológicos y psicológicos. En general, el estrés es un mecanismo esencial para la supervivencia, pues hace que nos adaptemos a diferentes cambios y situaciones. En este sentido, existe un

estrés positivo, el que nos ayuda a afrontar adecuadamente los

  1. Vierck, C. J. (2012). A mechanism-based approach to prevention of and therapy for fibromyalgia. Pain research and treatment, 2012. https://doi.org/10.1155/2012/951354
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