¿CÓMO SE
DIAGNOSTICA?
El diagnóstico de la fibromialgia está cargado de aspectos culturales. Un estudio realizado en Estados Unidos y publicado en 2016 por Wolfe y colaboradores, mostró que el 82 % de los falsos positivos (es decir, personas diagnosticadas con fibromialgia sin cumplir con los criterios) fueron de raza blanca y el 92 % fueron mujeres.
Existen unos criterios para el diagnóstico de la fibromialgia definidos por la American College of Rheumatology en 2010[1] y revisados posteriormente, que tienen en cuenta aspectos como las áreas dolorosas (y no puntos gatillo), la fatiga, el sueño no reparador o los problemas cognitivos.
La fibromialgia no debe diagnosticarse «por descarte», sino que debe hacerse en base a los criterios establecidos. No obstante, es habitual encontrar a personas diagnosticadas con fibromialgia que no cumplen con estos criterios.
A pesar de los problemas en el diagnóstico, la fibromialgia se ha consolidado como una enfermedad importante principalmente gracias a los avances en la investigación que han identificado un perfil concreto y específico que diferencia a personas con y sin la enfermedad.
Un ejemplo de estos estudios es el realizado por el científico español Santos Villafaina y colaboradores en 2019,[2] que encontró diferencias en la función cerebral entre mujeres con y sin fibromialgia. Concretamente, se descubrió que la actividad eléctrica del cerebro era diferente y que esas distinciones estaban relacionadas con el dolor que sufrían.
- ↑ Wolfe, F., Clauw, DJ, Fitzcharles, MA, et al. (2010) The American College of Rheumatology preliminary diagnostic criteria for fibromyalgia and measurement of symptom severity. Arthritis Care & Research, 62(5): 600-610. https://doi.org/10.1002/acr.20140
- ↑ Villafaina, S., Collado-Mateo, D., Fuentes-García, J. P., Cano-Plasencia, R., & Gusi, N. (2019). Impact of Fibromyalgia on Alpha-2 EEG Power Spectrum in the Resting Condition: A Descriptive Correlational Study. BioMed research international, 2019. https://doi.org/10.1155/2019/7851047