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Obras de Shakespeare.

OBRAS DE Shakespeare.

máticas, y ser atilizada para reconstruir caracteres y lipos, no, sin duda, con sus facciones definidas y determinadas, pere si en sus lineamientos generales y en sus contornos más precisos.

De cierto muchas de las hazañas legendarias del Cid Campeador no pueden sostener el examen de la critica; pero más cierto es aún, que la tradición vulgar no habria atribuido al Cid esclarecidos hechos de armas, á baber sido un ente sin corazón é insignificante hombre de guerra. Seguramente no pertenuce á Quevedo la mayoria de las ocurrencias escandalosas cuya paternidad el vulgo le atribuye; pero más seguro es aún que no tendria que pechar con ellas á no haber sido sallrico de porlentosa originalidad.

Creo, pues, que, imparcialmente juzgadas las especies que he consignado en las precedentes secciones relativas al primer Dramaturgo de Inglaterra, puede deducirse, no de ta individualidad de cada anéedota-puesto que, aisladamente considerada, quizá resulte de muy poca valía bermenéutiea-pero st de la-totalidad del conjunto-con grar probabilidad verosímil;-puede deducirse, digo, la generalicad de los rasgos priscipales del carácter de GuILLERMO SHAKES PEARE, Do ya en líneas finamente deslindadas, pero si en contornos-algo vagos cierlamente,-mas de fijo tan cercanos á la precisión, que la probabilidad se confunda casi con la verosimililud.

Shakespeare, pucs, era hombre de hermoso rostro y cuerpo bien proporcionado, de precoz inteligencia, de portentosas aptitudes generales y un monstruo de imaginación. Su palabra chispeante tenia la gracia de ia falicidad, y el encanto del ingenio que atrae fascinando. Shakespeare- Shakespeare no estudió en los texlos de las Universidades inglesas la literatura convencional de los clásicos; pero sus ingénitas potencias de observación le habilitaron para