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Obras de Shakespeare.

el atajo hasta su objeto: ansia á toda costa lo grande, y lo quisiera santamente; pero aunque le repugna jugar con ventaja, quiere ganar aun sin razón. ¡Qué carácter antes del crimen! Qué carácter después de formada la resolución Mata á los ormidos chambelanes; asesina á Banqao, celoso de la felicidad prometida á éste por las brujas; se deshace de les hijos de Maeduf... Su conciencia luégo ve donde quiera peligros, conspiraciones y borror; su razón se ofusca; y, haciéndole creer en la perpetuidad de la mal adquirida posesión, lo conduce por fin á su ruina.

Lady Macbeth es una variante de Macbeth. Su caráeter es más veheniente y más precipitado: es terca, altdva y resueltas es además ambiciose, antes por ansia de dominio que por sed de glorias y de bonores: ella también esiá muy nutrida de la leche de la conmiseración humana, y por eso le es preciso beber para animarse al crimen. Por eso también, recordando á su padre cuando ve dormido á Duncan, no se anticipa ella al crimen de su esposo. Su conoiencia al An le pinta horreres, y su razón sucumbe de enfermedad mental.

Hacbeth y Lady Macbeth son el mismo modelo de ambición, stn más diferencia que la exigida por la diversidad de sexos. La ruina es, pues, idéntica.

Banquo es otra forma de ambición: la que espera de los Bucesos la oportunidad, y transige mientras tanto con al Chimen que sospecha.

Duncan ambicione la posesión que se le escapa: ambieión de un carácter dulce y débil, que earece de la beroica energla y de la fuerza mental necesarias para el mando, como lo prueban las muchas rebeliones que por medio de sus capitanes tiene que sofocar.

Malcolm, Nacduf, los nobles, el Rey de Ingiaternson caracieres ambiciosos: unos traidores, otros tornadi- ZOB; estos vaciluntes, aquellos débiles; todos concupiscen-