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Obras de Shakespeare.

OBBAS DE SAAKESTEA RE.

4. Ha de baber un Héroe, y éste ha de ser el principal carácter, y sobre él deben recaer la piedad y el terror muy principalmente, si no del todo. «El terror y la compasión obran débilmente si se dividen entre muchos personajes...»

Cuando uno leo esta clase de aseveraciones y sus fandamentos, se cree transportado á una casa de orates; y admira, más acaso que la falla de solidez, la inopia de pensamienlo que supone su aceptación por las pandillas literarias. Cómo! Solamente cousan piedad y terror las desgracias de los grandes? Cuándo ha dejado de ser verdad el nihil humani á me alienum puto? ¿Cómo hay quien pueda en serio asegurar que el terror y la compasión obran débilmenle cuando conciernen á muchos? No espantan, precisamente en razón de su número, las catástrofes de un naufragio, de una inundación, de un terremoto?

5.° Lo arbitrario en reglas dramáticas llegó á tanlo, que Rymer no tuvo inconveniente en decir: «Ninguna mujer debe en el drama matar á un hombre, á no ser ella de jerarquia superior, ni un criado á sa amo, ni un vasallo á su rey; porque la decencia poética no consiente que dé muerte quien no pudiera entrar en liza conforme á las leyes del duelo.» ;Las leyes del duelo erigidas en cánones dramáticos! ;Qué desbarrar! Pero volvamos á Dryd n.

6.° No es justo que nuevas leyes destruyan la soberznía de las anliguas, saneionadas per la autoridad unánime de criticos y poetas. lay que hacer lo que hicieron los antiguos, y seguir siempre sus pasos. Debemos, pues, imitar á Shakespeare sólo en aquello que imito de los que inventaron y llevaron á ta perfeceión el arte dramálico[1].


  1. Antes habia dicho que SHAKESPEABE no conocia la clásica an- $igiledad y que no tuwilaba.