OBRAS DE Shakespeare.
autoridad bastante para ensañarse rudamente en el Gran Dramaturgo inglés.
Y como el genio de Shakespeare es indiscutible, la admiración á que obligaba su grandeza dió por resultado una erítica contradictoria, vergonzante, á veces neutra y como idecisa, que, ai par que elevaba sus encomios á los cielos, s0 cebaba desapiadada é inexorablemente en todo cuanto sa apartaba del credo convencional.
XXXVIII.
Faltas atribuidas á la rudeza de los tiempos Shakesperianos.
Las apreciaciones de aquel perfodo están, pues, llenas de pasajes en que, junto á una alabanza, se encuentra una alusión á la barbarie de los tiempos Shakesperianos y á tasupuesta ignorancia det Dramaturgo insigne.
Dryden pone estas palabras en boca de Shakespeare: «Sio que nadie me enseñara, yo, en una edad de barbarie,.
No encontré, sino que creé la escena; Y, si no acudi al arsenal del griego y del latin, Es porque mi propia abundancia me daba más.
¿Donde están los herederos de mi nombre?»
«Si Shakespeare (dies John Dennys) tenfa por naturaleza estas grandiosas facuitades, qué no habría sido, á unir la felicidad de su genio á la instrucción y al arte de la poesia?»
»Shakespeare escribla para el pueblo, sin conocimiento de los mejores mnodelos antiguos.. y muchas de sus faltas deben atribuirse menos á sus equivocados conceptos como .
poela, que á su recio juicio como aclor (que pretende agradar á la maltitud iliterate».-Pors.
